lunes, 3 de noviembre de 2014

RESEÑA: La música del silencio, de Patrick Rothfuss

Durante los últimos años, Patrick Rothfuss ha seducido contundentemente a público y crítica (incluyendo al que os escribe) tanto con su rutilante debut en el mundo de la fantasía tanto con El nombre del viento como con su no menos recomendable continuación El temor de un hombre sabio. Tras la publicación de ambos (y gruesos) volúmenes, y mientras esperamos el cierre de la trilogía de esta Crónica del Asesino de Reyes con Las puertas de piedra (¿2015?) nos sorprende en varios aspectos con una novela corta ambientada en este universo: La música del silencio.


La novela, tan solo apta para quienes hayan leído las dos obras mencionadas, es un spin off de estas (es decir, una historia derivada y con origen en ellas) centrado en el personaje de Auri, uno de los secundarios favoritos de los aficionados (y del propio Rothfuss) de la saga protagonizada por Kvothe.

Auri es una joven extravagante, pequeña y escurridiza, que vive de forma oculta en la parte abandonada y subterránea de la Universidad, de la que en un momento dado fue una alumna de no poco talento. Sin embargo, algo se quebró en su psique que la hizo abandonar la vida en sociedad para pasar a formar parte de este mundo de oscuridad olvidada: la Subrealidad.

Para quien espere que La música del silencio les dé a conocer cuál o cuáles fueron aquellos acontecimientos, cómo construyeron (o deconstruyeron) a la Auri de ahora, y cómo se relaciona ella con el resto de personajes de la Universidad, tanto alumnos como profesorado (había quien esperaba profundizar también un poco sobre el siempre interesante maestro Elodin). Para los que esperen una aventura con la acción clásica pero dinámica y la narración adictiva de El nombre del Viento y su secuela. Para el que desee cientos de páginas. Para quienes crean vislumbrar en Auri al Kvothe de la Subrealidad y deseen una historia de grandes conflictos, diálogos chispeantes y muchos personajes. Para todos ellos, advierto: La música del silencio no es el libro que esperan.

No estoy afirmando, sin embargo, que se trate de un mal libro ni mucho menos. Es más, una vez nos repongamos de la sorpresa inicial por un estilo bien diferente al que esperamos en el escritor americano y nos demos cuenta de que para continuar leyendo algo parecido a la Crónica del Asesino de Reyes tendremos que esperar al tercer volumen, estaremos en condiciones de conceder esta tabula rasa y entonces podremos disfrutar plenamente de la prosa lírica de La música del silencio. Y no es poco lo que hay que disfrutar.

Aunque por momentos el texto puede parecer la ventana a la mente del día a día de una persona con un trastorno obsesivo compulsivo y esto conllevará necesaria e indefectiblemente cierta confusión asociada, con el paso de las páginas se logrará despertar una singular empatía con el lector, probablemente asociada a la característica sensibilidad con que Rothfuss logra transmitirnos las acciones y sensaciones de Auri, marca registrada de la casa y más patente en esta novela corta que en ningún otro texto del escritor, texto este, eso sí, de cierta exigencia. En ese momento, descartados miedos y prejuicios, nos hallaremos en condiciones de disfrutar de Auri reorganizando su realidad hasta dejarla como tiene que ser: perfecta, cómoda y amable, y no gozar con ello resultaría una grosería.

Queda de manifiesto esta poesía, esta música del silencio, por ejemplo, cuando dota de personalidad no solo a Auri y a su forma de comportarse, sino también a los objetos y estancias de la Subrealidad, siempre desde el prisma único desde el cual la muchacha los contempla y trata. Y lo que es más meritorio: el lector acaba por naturalizar esta singularidad.

Es importante, no obstante, subrayar la inclusión de esta novela corta en el mundo de El nombre del Viento. Resultará harto complicado comprenderla fuera del mismo. Por ejemplo, se mencionará repetidamente a un hombre importante para Auri con ciertas capacidades musicales únicas. También se insinuará la intuición de la chica para entender la verdadera naturaleza (¿incluyendo el nombre?) de las cosas. No profundizando en gran medida ni aclarando misterios de la saga, pero sí quedando patente que hay mucho más.

En definitiva: poco que añadir a la historia pero mucho que disfrutar acerca de cuáles son los límites del Rothfuss más lírico.

Recupero ahora un par de citas, bastante en el tono del resto del libro.

“Se había alejado de la verdadera naturaleza de las cosas. Primero te las arreglas tú. Luego tu casa. Luego tu rincón del cielo. Y después…
En realidad no sabía muy bien qué pasaba después. Pero confiaba en que después de eso, el mundo empezara a ocuparse un poco de sí mismo”.

“Tumbada a oscuras se preguntó qué le depararía el día. Había días orgullosos como el sonido de una trompeta. Como los truenos, traían presagios. Otros eran corteses, educados como una tarjeta con un mensaje presentada sobre una bandeja de plata. Pero algunos días eran tímidos. No se ponían un nombre. Esperaban a que una niña atenta los encontrara.”



6 comentarios:

Unknown dijo...

Justo ayer por la noche subrayaba la primera de tus citas! cuando lo acabe comentamos, pero ya me parece una reseña más que acertada por lo que llevo leído

Unknown dijo...

Es que es un libro para subrayar una detrás de otra, a pesar de su corta extensión.
Gracias por pasarte y comentar, Jesús.

Carlos J. Eguren dijo...

El desenlace de El nombre del viento me decepcionó tanto que aún no me he atrevido a seguir con El temor de un hombre sabio, aunque esta novela corta me había llamado la atención... No obstante, reconozco que me lo pasé bien leyendo el primer libro y Rothfuss es un grandísimo narrador.

Espero poder leerme el segundo volumen en algún punto, siguiendo tu recomendación y también este spin-off.

Gran reseña, como siempre.

Un saludo.

Unknown dijo...

Gracias Carlos, por pasarte y por tu comentario.
La verdad es que no entiendo muy bien por qué te decepcionó ENDV, pero claro, es lo que nos pasa a todos cuando algo que nos apasiona no causa este efecto con los demás, ¿verdad?

Saludos.

Alma FiRidi dijo...

A mí me encantó el primero libro, y al igual que el segundo, me cautivó.

Alma FiRidi dijo...

A mí me encantó el primero libro, y al igual que el segundo, me cautivó.

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