A principios del siglo XX –en la primera mitad, en realidad-, un buen número de escritores que se movían entre la más absoluta genialidad y la más insulsa mediocridad comenzaron a ganarse la vida publicando en todo tipo de revistas de género. Si se miraba al espacio, se llenaba un cohete con una avispada tripulación y lo ponían en la órbita de Marte. Si detectives queríamos, pues habitación llena de cigarros humeantes, algún asesinato misterioso y las largas piernas de una femme fatale. Si de fantasía se trataba, no había como enfrentar el filo de las armas del héroe pasado de testosterona al hechicero o al monstruo de turno.
Centrándonos en este último apartado, esto es, en la vertiente de espada y brujería, encontramos al máximo exponente en el Conan de Robert E. Howard, evidentemente. En estas estamos cuando Fritz Leiber dio un pasito más y junto a su amigo Harry Otto Fischer se propuso, sin una ambición desmedida tampoco, sacar al bárbaro en la medida de lo posible de su personalidad plana y los argumentos ramplones y repetitivos y darle un mínimo de profundidad mediante personajes inspirados en ambos escritores y de ahí surgieron Fafhrd y el Ratonero Gris, protagonistas de los relatos más célebres de Leiber y de esta recopilación del Primer Libro de Lankhmar.
Fafhrd es un enorme norteño y el Ratonero Gris más pequeño y escurridizo. Ambos irán con ladrones, brujos, asesinos, estafadores, canallas, mercenarios y sinvergüenzas de toda índole, y a menudo lo serán ellos mismos.
Protagonizarán las historias de Leiber durante medio siglo, pero a partir de los años 60 el de Chicago organizaría sus aventuras en novelas separadas, añadiendo algunas nuevas para dotar de coherencia temporal a las antiguas y así montar una cronología de sus periplos en 7 novelas más o menos cortas. Este volumen incluye las 4 primeras, a saber: Espadas y nigromantes, Espadas contra la muerte, Espadas en la niebla y Espadas contra la magia.
Tanto un personaje como el otro serán verdaderos pícaros, y aunque bailen continuamente sobre los límites de la moralidad, resultará difícil enfadarse con ellos, pues a la hora de la verdad sacarán a relucir el sentido de la justicia que llevan dentro, quizá no siempre para con los demás, pero sí mostrando una inquebrantable lealtad el uno hacia el otro, exaltándose esta amistad. Por otro lado, sus aventuras serán amenas, entretenidas y exóticas, aunque no tan simples como las habituales en el pulp de espada y brujería, y desde luego en numerosas ocasiones muy divertidas, rozando los límites de la comicidad en las mejores, aunque sin olvidar la tensión dramática tan característica del género ni las motivaciones de cada personaje, que necesariamente circundarán la tragedia, pues si no, no lograrían acompañarlos en una narración separada en relatos independientes.
El ciclo de Lankhmar hoy puede entenderse como un soplo de aire fresco por la simplicidad de la mejor espada y brujería, en un mundo editorial algo saturado por tanta interminable saga de fantasía heróica, en el que las trilogías ya se quedan cortas y nos disparamos a veces a heptalogías o extensiones incluso mayores. Quizá si Tolkien no hubiera existido se hubiera tendido hacia algo como esto. Pero bueno, el caso es que existió y cambió el género para siempre (de lo cual me alegro). La cuestión es que ¿quién ha dicho que entre tanto chuletón de buey no podamos tomarnos una hamburguesa de vez en cuando? Entiéndase en tono nada peyorativo, pues está bien escrito, pero ciertamente resulta más ligero, y bien que podemos dejarlo tras un relato y continuar días o meses más tarde con el siguiente.
Las buenas hamburguesas también están ricas. Y a decir verdad, su digestión no se hace demasiado pesada. Leiber las cocinaba de maravilla.
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2 comentarios:
A este le tengo muchas ganas. Imagino que además el 2º tomo no tardará mucho en salir...
Qué vivan las hamburguesas también, claro que sí. :)
Para el segundo supongo que Gigamesh se esperará a después de las navidades, que en estas fechas tienen otras alternativas en fantasía que siempre les van a vender mejor ;)
Aun con todo, espero con más ansias el segundo de Matheson.
Muchas gracias por pasarte y comentar.
Salu2.
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