En 1989 Dan Simmons nos contaba con Hyperion la historia de una peregrinación en la que los integrantes de la misma contaban sus historias durante el viaje, muy al estilo de los Cuentos de Canterbury. Tan solo un año después, en 1990 veía la luz La caída de Hyperion, continuación directa del anterior, hasta el punto de que recoge el hilo de la narración tan solo un instante después de que lo suelte la primera parte.
Si en Hyperion Simmons nos presentaba a los peregrinos en función de sus dispares historias, que si bien se hallaban bastante autocontenidas, nos dejaban decenas de interrogantes contemplándolas en su conjunto, ahora podremos contemplar cómo todos estos alambres se van liando entre ellos hasta adquirir un sentido completo que nos conducirá hacia un desenlace, y es que aunque aunque el ciclo de Los Cantos de Hyperion esté formado por cuatro novelas (Hyperion, La caída de Hyperion, Endymion y El ascenso de Endymion), las dos primeras forman una unidad narrativa, habitualmente denominada como Cantos de Hyperion, mientras que las dos obras restantes, que trancurrirán 250 años más tarde, suelen llamarse Viajes de Endymion.
En cuanto a la forma de contarnos las cosas, ahora no encontraremos una serie de novelas cortas interrelacionadas, sino una sola historia contada desde dos puntos de vista ligados. Por un lado contemplaremos la guerra entre los éxters y la Hegemonía del hombre desde los ojos de Joseph Severn, un artista muy relacionado con John Keats, al que se sigue rindiendo abierto homenaje a lo largo de las numerosas páginas de esta parte de la saga. Severn se hallará muy cercano a la mandamás de la Humanidad, la Funcionaria Ejecutiva Máxima Meina Gladstone, crucial personaje solo bosquejado en la anterior parte que ahora conoceremos en detalle. Así conoceremos su entorno de notables y las decisiones tácticas y estratégicas que se irán tomando según el desarrollo del conflicto. En cuanto al segundo punto de vista, también estará íntimamente relacionado con Severn, pues este personaje lleno de secretos soñará inexplicablemente con los acontecimientos referentes a la peregrinación, haciendo conocedor al lector de todo lo que ocurra a nuestros antiguos protagonistas cuando alcanzan su destino del planeta Hyperion, se abren las Tumbas del Tiempo, y comienzan a interactuar de una forma mucho más directa con el temible Alcaudón.
Costas salvajes: la noche tiene colmillos
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*«Pero ¿de qué sirve un buen hombre en un mundo lleno de monstruos?».*
Que *Ram V *es uno de los guionistas de cómics actuales a seguir y tener en
cue...
Hace 2 días