George Orwell fue un hombre de mundo. Británico nacido en la India, desempeñó labores de policía en Birmania, friegaplatos en Francia, voluntario trotskista disparado en la Guerra Civil Española, y por supuesto, también vivió la Segunda Guerra Mundial. Así que, cuando un año antes de morir enfermo de tuberculosis, publico 1984 (1949), imaginándose un futuro terrible a 35 años vista, podemos afirmar que en su pasado y su presente tenía material suficiente como para realizar algunas especulaciones sobre el futuro.
Orwell nos lleva a en 1984 a un Londres gris cemento, que forma parte del inmenso estado de Oceanía, que se reparte la geografía con Eurasia y Asia Oriental, tejiendo débiles alianzas en una situación de guerra mundial continua. En Oceanía gobierna el Partido del Ingsoc (socialismo inglés), cuya cabeza visible es el Gran Hermano, conformado por los miembros del Partido Interior (la élite) y los de a pié del Partido Exterior, que gobiernan sobre una mayoría de proletariado sumido en la pobreza. Todos son vigilados de forma extrema, no solo a través de omnipresentes telepantallas, ni de la amenazante Policía del Pensamiento, sino por el resto de ciudadanos, que no dudarán en denunciar a cualquier sospechoso de crimen, de obra o pensamiento (crimental), o que tan solo no exprese de forma airada su apasionado fervor por el régimen. Es un mundo sin amigos, amor, ni familia tal y como los entendemos. Cualquier desgraciado que obre de manera inadecuada, o sencillamente lo parezca, un buen día desaparece para dejar de existir.
El protagonista será Winston Smith del Partido Exterior, quien trabaja en el Ministerio de la Verdad reescribiendo el pasado para que se adecue al presente de cada día, esto es, escribiendo mentiras que deberán prevalecer incluso sobre los propios recuerdos (doblepensar). Así acabará por asquearse de la farsa en que vive y cuestionándose la autenticidad de todo el sistema, empezando a plantearse la posibilidad de resistirse al mismo como hiciera el traidor Goldstein (el antagonista del GH, tan en la sombra como este), aunque ello le condujera al Ministerio del Amor, donde presupone se aplican terribles torturas. En esta situación se cruzará con la singular Julia o con el ambiguo O’Brien, sin saber muy bien cómo actuar en cada caso.
Mayor de bloguedad
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Rescepto Indablog cumple hoy dieciocho años. Ya es mayor de bloguedad… y se
le nota. No en el sentido de maduro y responsable. Los años de blog son
como lo...
Hace 3 días