He aquí un proyecto del que me hace especial ilusión hablaros por diferentes motivos. Primero porque es el steampunk un género que siempre me ha interesado y no existe demasiada literatura al respecto, y menos de autores castellanoparlantes. Segundo porque participo en el mismo, firmando junto a algunos escritores consolidados, lo que es un honor para mí. Y tercero, porque me siento particularmente orgulloso del relato con el que participo: Anteojos.
Pero hablemos del libro, para lo que es necesario hacerlo del género. Podemos entender el steampunk de dos formas. Por un lado de una manera puramente estética: tuercas, chapas de metal, fuelles, relojes de cuerda, abrigos de cuero, corsés, sombreros de copa, zepelines y mansiones y vestuarios victorianos. Es, a mi entender, una estética bonita, preciosa a veces, pero (y haciendo de abogado del diablo) para algunos criticable como fruto de la nostalgia por un exceso ornamental que jamás vivimos (la victoriana) adornada con estrafalarios ingenios mecánicos. De esto hay bastante en Ácronos.
La otra forma, que da mucho más juego, es la de ampliar el concepto al de retrofuturismo, esto es, crear una ucronía en la cual en un momento dado de la historia “real” que conocemos ocurrió algún evento crucial, de índole histórica, técnica o científica (el más habitual con el que se entiende steampunk es el del triunfo de la tecnología del vapor), y a partir de ahí especular, creando una historia divergente con ese marco alternativo de fondo e imaginar qué hubiera pasado. De esto también hay en Ácronos.
Pero de una colección de piezas estoy escribiendo. Voy a hacerlo ahora (brevemente) de una en una, para satisfacer la curiosidad que estéis pudiendo sentir por el proyecto, porque por encima de los mecanismos de relojería, esto trata de las palabras:
Conan el Cimmerio: El pueblo del Círculo Negro
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Conan o un supermodelo de los '90.
*«Es milagroso que hayáis podido cruzar la niebla y salir vivos de la
alfombra de Yimsha, pero aquí se acaban los mil...
Hace 1 día