El último deseo es la primera parte de la heptalogía de
Geralt de Rivia, y por lo tanto sirve sobre todo para hacer la puesta en escena del personaje principal de la saga, el brujo Geralt, así como a su entorno, otros personajes secundarios (destacando muy especialmente a Jaskier y a Yennefer), las reglas que rigen la vida del brujo, su trabajo, sus poderes y miserias. Además sirve para irnos acostumbrando al estilo particular de
Andrzej Sapkowski. Claro, sutil, divertido, ágil o pausado según lo pida la historia en cada momento.
Pero, lo primero que debería decir es que El último deseo no es una novela, sino una colección de relatos sobre las aventuras y desventuras de Geralt (al 50%, siempre agridulces), con un hilo conductor básicamente atemporal llamado “La voz de la razón”, en el que el brujo está convaleciente en un apacible templo y su amiga la sabia sacerdotisa Nenneke hace de psicoanalista, lo que le sirve al lector para ahondar un poco más en la psique del brujo, descubriendo que es un héroe atípico, torturado por su propia naturaleza inhumana así como por la fatalidad y el destino, concepto este último que será la piedra de toque de toda la saga a la larga.
Este hilo conductor, creado por Sapkowski para dar la apariencia de novela a este compendio, es un relato en sí mismo, con ritmo y estructura diferentes al resto, pero igualmente interesante. Comentaré ahora los demás, uno por uno.