No cuelgues en el primer acto una escopeta cargada en la pared del escenario principal si no vas a dispararla en el desenlace. No hagas ganar a tu héroe su primer encuentro con el villano, ni pongas amenazas en boca de éste si no está dispuesto a realizarlas. No describas el callejón como oscuro, ni la espesura como repentinamente silenciosa si nadie se va a esconder en ellos. Pero sobre todo, nunca tengas miedo de saltarte los tópicos ni de reírte de ellos. Los tópicos no son vengativos: se regocijan cuando dejas a alguno de su comunidad en mal lugar, y con suerte hasta puede que te traten mejor si después recurres a ellos.
Arthur Mortimer, Teoría de la literatura para ancianos de cinco años.
Los ojos del sobremundo
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Vance regresó a ese escenario escatológico, de una época en la que el
enrojecido So...
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