No, no hablo de Esparta, sino de Cree Lo Que Quieras, que hace unas entradas cumplió las 300. 300 y pico textos ya subidos a lo largo de estos casi 5 años de blog. Casi un centenar de seguidores de blogger, que van para los 180 de google. Más de 80 reseñas. 40 microrrelatos, docena y media de relatos largos, y unas cuantas entradas hablando de obras maestras del cine, de música épica seleccionada de algunas buenas bandas sonoras (de mi gusto), y de muchas, muchas, muchas cosas más, de mayor o menor importancia (habitualmente menor), incluyendo por supuesto mis pequeños logros como escritor.
Las entradas previas no han sido seleccionadas a la ligera. En la número 299 hablaba de Visiones 2012, una de las mejores antologías en las que he participado. Reservé la más especial, la que cumplía el secreto aniversario, para un relato que me pedía ver la luz desde hace tiempo, El gran negocio. Y la siguiente, la que encara la cuarta y larga centena, para la reseña de uno de los mejores libros que he leído en mi vida, Hijos de la Medianoche.
¿Y ahora qué?
Por un lado siento enorme pereza de seguir escribiendo, trabajándome cada entrada, subiendo relatos que pocos leerán (la relación de lecturas de una reseña a un relato es, en el mejor de los casos, de 2 a 1; en el peor, de 6 o 7 a 1; no obstante lo entiendo: un blog es internet, e internet es consumo rápido). Incluso 80.000 son pocas visitas para un blog como este.
Por otro lado, soy plenamente consciente de que de vez en cuando me apetecerá seguir contando alguna historia, hablando sobre el último libro que haya leído o sobre esa película que se me antoja genial y que muy pocos conocen.
La solución es sencilla: seguiré por estos lares, si bien quizá con menos frecuencia (detalle fácil de comprobar en lo que va de año). O a lo mejor dentro de un mes estoy a tope, posteando a diario. Nunca se sabe. Aunque tiene más pinta de lo primero.
Por último, quiero agradecer a esos 80.000 (y pico), que quizá se irían a 100.000 (y pico) desde que abrí el blog (cosas de antiguos y nuevos contadores) el caso que me han hecho estos años, sobre todo a los que no han entrado en CLQQ por error, más aún a quienes han leído lo que escribía, y por encima de todos a quienes, además de todo lo anterior, han comentado, aunque fuera para decirme que no les gustaban mis palabras. Brindo con y por todos ellos y ellas:
En nuestra manzana, de R. A. Lafferty – Miniespecial R. A. Lafferty I
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En nuestra manzana (In Our Block), de R. A. Lafferty, apareció en el número
de julio de 1965 de la revista Worlds of If, editada por Frederik Pohl, y
en 19...
Hace 1 día
5 comentarios:
Está claro, hay no hay obligaciones, se hace por gusto y por diversión. Es verdad lo del consumo rápido, eso no hay que olvidarlo. Pero ahí estás, superando en número a los Leónidas y compañía, con una Atenas por defender.
Felicidades.
Lo ideal es publicar disfrutando de ello, que no sea una obligación o al menos que esa obligación no llegue a agobiarte. Algunas entradas se pierden en el mar de palabras, qué le vamos a hacer, pero la mayoría encuentran como mínimo (como muy mínimo) un lector, y eso ya es mucho. Los blogueros conocemos bien esa sensación... por eso a veces bajamos el ritmo pero siempre volvemos ;).
Felicidades por todas esas entradas.
¡Muchas gracias a los dos!
Igor, yo soy el primero que cae en el consumo rápido, leyendo entradas cortas de blogs que sigo y dejando para un más tarde que a veces nunca llega las de más extensión, así que sería algo hipócrita quejarme por ello :P
Pedro, esa es desde luego la idea. Si en algún momento me agobio, lo dejo. Por otro lado, no es malo tomárselo como una obligación (obligación relajada y muy poco obligatoria, jeje), y así por lo menos uno escribe en el blog cuando no está dedicándose a narraciones más extensas, para no oxidarse.
Sendos abrazos.
Me uno a tu brindis, y aprovecho para felicitarte y agradecerte por lo compartido y conseguido hasta la fecha. Lo que quede por venir, ya se irá viendo! Un abrazo!
Mi buen amigo, las gracias son todas para ti.
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