Aquel que tenga huecos en su existencia, que detecte lagunas en ella, siempre puede tratar de llenarlas con palabras, pues quizá un día las letras rebosen la superficie y no se hunda. Aquel que tenga simas, ay, pobre de aquel que tenga simas, pues ni todos los libros del mundo podrán cubrir siquiera el fondo, mas al menos el tiempo que dedique a leerlos, no lo pasará ahogándose.
Arthur Mortimer. Vida sobre muerte, negro sobre blanco
Los ojos del sobremundo
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Dieciséis años después de la publicación de «La Tierra moribunda«, Jack
Vance regresó a ese escenario escatológico, de una época en la que el
enrojecido So...
Hace 1 día
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