Allá por 1971 los hermanos Arkadi y Borís Strugatski, ciudadanos de una unión soviética en la que no todos podían decir precisamente lo que querían, se animaron lanzando una historia singular y contundente, original y extrañamente realista, que a la larga pasó a formar parte de los anales de la ciencia ficción, lo que tiene aún más mérito teniendo en cuenta que ésta no procedía del mercado anglosajón. El formato empleado es el novela corta, y el título Picnic junto al camino, o Picnic extraterrestre en la edición argentina que aquí reseño. Lástima que no haya encontrado ninguna buena edición actual en castellano, pues la novela la merece. La traducción que he leído es antigua y con muchos localismos, que aun con todo no me han impedido disfrutarla.
La historia transcurre alrededor, y claro está, dentro de una de las zonas de aterrizaje existentes en el planeta en las que hace unos años sucedieron unos acontecimientos portentosos. Unos extraterrestres aparecieron, estuvieron un breve periodo de tiempo, y con las mismas desaparecieron, no solo no aclarando a los miserables terrícolas nada sobre su estancia, sino además sembrando de incógnitas todo lo referente a ellos. En cualquier caso, con su presencia cambiaron de forma radical cada zona en que estuvieron (en este caso la canadiense), dejándola repleta de objetos de imprevisible comportamiento, de lugares dentro de la propia zona de aterrizaje en los que las leyes de la física quedan patas arriba, convirtiéndose en trampas mortales, y de alteraciones genéticas a todos aquellos que allí estaban y sobrevivieron o a los que frecuentan las cercanías. Por supuesto, sus accesos están vigiladísimos, pero debido al gran valor en el mercado negro de los objetos extraterrestres por la zona desperdigados, muchos se juegan la vida y la libertad por acceder al margen de la ley.
El protagonista principal, Red Schuhart, es uno de estos merodeadores o stalkers, un superviviente nato entrando a la zona de aterrizaje oficial o extraoficialmente para ganarse el pan para él y su familia disfuncional, interrumpidamente a lo largo de muchos años. Cabe destacar en él el hecho de oscilar siempre por un gris moral, muchas veces bastante oscuro, cuyo tono se contagia a todos los demás, y que no obstante logra obtener cierta empatía con el lector. Un tanto para los Strugatski.
La novela busca y encuentra un equilibrio entre descripciones y diálogos. Entre las primeras destacan las de los acontecimientos sucedidos en la zona, siempre sugestivos, emocionantes e interesantes. En lo que a los diálogos se refiere, son realistas y sonarían naturales dichos en voz alta, y es que si alguien está a punto de morir difícilmente exclamará “cáspita”, sino alguna otra cosa más malsonante. Además, la mayoría de personajes son gente dura y de pocos escrúpulos, aunque no por ello malvados.
Al igual que hicieron los extraterrestres, aquí encontramos más preguntas que respuestas, mas aunque predomine la acción a la reflexión, ésta está muy inteligentemente planteada y quedará en la mente del lector para surgir posteriormente, sin ir más lejos al evocar el título de la obra, ese picnic extraterrestre. Esto creo es una de las cosas que caracteriza a las grandes obras de ciencia ficción: sugerir más que aseverar.
Ocho años más tarde (1979), el insigne cineasta ruso Andréi Tarkovski realizó una adaptación cinematográfica titulada Stalker, para la que contó con los hermanos Strugatski coescribiendo el guión de su propia novela junto a él mismo.
Lo primero que hay que decir es que ambas obras artísticas son enormemente diferentes. Para empezar, tan solo narra un día en la zona, cuando la historia original cuenta el transcurso de años. El protagonista, antes fuerte y de indiscutible autoridad, ahora será mucho menos dominante. Por otro lado, lo que en las letras resulta tremendamente dinámico y lleno de acción, en imágenes es pausado y tranquilo, con un tempo muy lento. Ojo, no considero esto un defecto, cada voz cuenta lo que quiere al ritmo que considera, pero Stalker puede resultar aburrida hasta la extenuación a quien espere una película de ciencia ficción más al uso, porque no es un film al uso de ningún género, bajo ningún concepto.
Encontraremos, literalmente, largos monólogos, poesía y disertaciones filosóficas, y personificaciones drásticas del arte y la ciencia en los dos acompañantes de nuestro stalker. Avisados quedáis. Y yo, a nivel particular, me siento muchas veces en un precario equilibrio entre el asombro fascinado por las imágenes que me enseña el ojo de Tarkovski y el asombro desconcertado que a veces me hace preguntarme ¿qué me están contando en esta secuencia? Sin embargo, más allá de asombros, hay algo innegable de Stalker: es una película extraordinariamente bella. La fotografía, el uso del color, la extraña forma de narrar, a veces onírica, otras tan teatral como si estuvieran sobre las tablas. Para haceros una idea de lo que digo, podéis ver estas escenas seleccionadas por un fan que no desvelarán nada:
En definitiva, una lectura dinámica, interesante y singular, una película bella, introspectiva y singular. También hay una serie de videojuegos, pero ahí no me meto.
10 comentarios:
Magnífica reseña de dos obras monumentales.
La novela me encantó, y, dado que en los últimos meses he tendido a calificar lo que leo, le puse 3 estrellitas de 5, osea que me pareció buena. La película la tengo pero aún no la he visto.
Buena reseña.
Saludos!
Pues jamás en mi vida había oído hablar de esta historia... Me encantaría leer el libro, ya te contaré. Y respecto a la película, esos 6 minutos de imágenes ayudan a hacerse una idea de todo lo que cuentas con palabras. Gracias por el aporte!
Gracias a los tres por pasaros y comentar.
Gustavo, me congratula que te guste la reseña, más cuando tú me recomendaste la novela entusiasta.
Damián, si te encantó, hasta me parecen pocas esas tres estrellas, jeje. La peli, para verla con calma.
Suto, ya te dejaré la novela. Se lee rápida, aunque quizá no te guste la edición.
Abrazos a los tres.
Me gusto la reseña... ley Picnic hace como 25 años y siempre lo tengo presente, la zona como un yacimiento arqueologico de un universo extraño y fascinante, a lo lovercraft, donde los extraños lo son porque ni registran las humanas pretensiones.
Gracias por el comentario, Javier.
Efectivamente tiene un intangible esta novela que la convierte en singular e inolvidable.
Un saludo.
con toda sinceridad la novela es un 5 sobre 5 o 10 sobre 10, como gusten.
Y no se puede comparar la novela a la película, pues con todo respeto, la película parece una españolada con pretensiones filosóficas
No entiendo ese discurso de "no pertenece al mercado anglosajón" como diciendo que es raro encontrarse con novelas no anglosajonas de buena calidad, lo que es difícil es encontrar novelas que no sean anglosajonas punto.
Hola, anónimo comentarista. En primer lugar, gracias por pasarte y dejar unas palabras.
Respecto a lo de españolada con pretensiones, a decir verdad ya quisiera yo que en España hubiera un par de Tarkovskis. La verdad es que con esa palabra pienso más en Pajares y Esteso o en Torrente haciendo de las suyas :/ Más bien me recuerda al estilo lírico de Terrence Malick.
Con lo de mercado anglosajón lo que sugería era lo que has expresado con tanta vehemencia, y es que el mercado editorial en ciencia ficción está copado por autores anglos, con poquísimas excepciones como Lem, por ejemplo. En España, 75% anglosajones, 20% en español, 5% resto, quizá.
Saludos.
Me acabo de comprar la novela que salio por parte de Gigamesh, pues me dijeron que en esta edición la traducción era buena (y era la única disponible en mi país, México)
Esta reseña me ha dado ganas de leerla la novela y vaya que promete ser bastante buena, después quiero animarme a ver la película, que aunque ya tengo entendido que son bastante diferentes, quiero hacerlo en ese orden.
Vaya que al enterarme que había un videojuego basado también en esta obra me dispuse a jugarlo (S.T.A.L.K.E.R:Shadow of chernobyl) y vaya que eñ jueg es bueno.
Gracias por pasarte y comentar, Bezkum.
En efecto, película y novela son experiencias bien diferentes, ambas marcadas por el estilo personal muy definido de sus creadores.
Respecto al videojuego, sé que es muy bueno, pero no he tenido la oportunidad.
Un saludo.
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