jueves, 29 de marzo de 2012

RESEÑA: Calabazas en el trastero: Catástrofes naturales

No es ésta, desde luego, una entrada muy común para Cree lo que quieras. No desde luego porque sea una reseña, pues con ella alcanzo la cincuentena. Tampoco porque se trate de una antología, pues muchas son las que ya han pasado por aquí, de autores únicos o variados. Lo que la hace diferente es que uno de los relatos que componen este décimo número de Calabazas en el Trastero: Catástrofes Naturales, lleva mi firma, lo que me llena de orgullo y satisfacción, que diría el rey. Pero vayamos más despacio.



Es la editorial Saco de Huesos una de las que tiene el arrojo de realizar el salto mortal de publicar en este país terror surgido predominantemente de aquí (fantasía, cifi y géneros afines también tienen cabida). El salto mortal se convierte en doble cuando además se atreven con autores noveles o poco rodados. Dentro de sus proyectos destaca Calabazas en el Trastero, una antología de relatos cuatrimestral basada en una convocatoria abierta a la que cualquiera puede presentarse. Como requisitos, aparte de la extensión media de los relatos, éstos deben ser de género fosco (lúgubre, crudo y lleno de tensión, normalmente de terror) y ceñirse a un tema más o menos amplio fijado para cada convocatoria. En éste caso las catástrofes naturales. Muchos son los aspirantes que les llegan, pero ellos seleccionan sólo trece. Adecuado número para el tono de las obras. No es la primera vez que pasa por aquí esta recopilación. Ya reseñé hace un tiempo la convocatoria de bosques.

Os presentaré ahora las selecciones una a una, tratando de dar al menos una breve explicación para todos, por el orden en que aparecen en el libro:
El último tuareg (José María Pérez Hernández). Una primera catástrofe que, a pesar de tener un final que se intuye antes de llegar, posee una buena ejecución que prima sobre lo demás.
In anima vili (Borja F. Caamaño). En este caso la catástrofe es tan solo el pretexto para la construcción de una bien lograda atmósfera cuya claustrofobia se transmite a la perfección.
Chicxulub, la cola del diablo (Ángeles Mora). Plantea con habilidad un paralelismo entre un dinosaurio y la científica que lo investiga, si bien el nexo entre ambas narraciones resulta algo confuso. El relato consigue distanciarse del resto aquí recogidos.
Niños de mameyes (Jorge Eugenio López-Rivera). También consta de dos narraciones. La inicial se me antoja algo vaga y me ha obligado a la relectura, quizá por la presencia de algunos localismos, mas el conjunto funciona bien.
Naturaleza uno (José Luis Cantos Martínez). Muy buen relato que da una interesante vuelta de tuerca disfrazada (solo disfrazada) de realismo al concepto catastrófico, que además otorga gran fuerza a la narración.
Con mi relato, Noche estrellada, uno de los más cortos, trato de crear una atmósfera tensa mediante el uso de la segunda persona. En lo que a la historia se refiere, es sencilla (la calamidad es imaginable por el título), basada en un giro que no puedo desvelar. Si es bueno, que lo juzguen otros. Curiosamente mandé también otro cuento a la convocatoria que no fue seleccionado, pero me parece mejor. Eso sí, menos fosco que éste.

sábado, 24 de marzo de 2012

Música épica. Cómo entrenar a tu dragón (2010), de John Powell

El año 2010 se estrenó Cómo entrenar a tu dragón. Al llegar en pleno boom del dichoso 3D y de la mano de la dudosa Dreamworks (yo soy muy de Ghibli, Aardman y Pixar y bastante poco de las demás), no le presté especial atención. Algún tiempo después la vi sin saber bien que esperar y me dí cuenta de mi error al no haberla disfrutado en pantalla grande. Puede que no sea excesivamente original, incluso se la puede tachar de predecible, pero tiene una construcción narrativa y de personajes deliciosa y una pequeña enorme película de aventuras (superior a la saga Shrek): es una de esas películas "con alma". Paralelamente a esa grata sorpresa llegaron las nominaciones a los oscars y John Powell estaba seleccionado por este trabajo. Y con cuánto merecimiento. Aquí podéis escuchar la primera pista:




No hace falta que de razones por las que incluirla en esta sección de temas épicos, ¿verdad? Pues toda la banda sonora mantiene este excelente nivel, llenando el ambiente de pasión y momentos intrépidos. Finalmente el oscar fue a manos de Trent Reznor por su trabajo para La Red Social y me alegré porque me encanta Nine Inch Nails, la banda habitual de este gurú de la música electrónica, pero no os mentiré: desde entonces pocas veces he vuelto a escuchar la banda sonora ganadora y he repasado la de Cómo entrenar a tu dragón en multitud de ocasiones.

Otra sorpresa que me llevé, si cabe mayor, fue la de la capacidad todoterreno del compositor, y es que a John Powell lo conocía sobre todo por su sobresaliente labor con la trilogía de Bourne, y es que un hombre capaz de realizar trabajos tan diferentes a la par que brillantes en un mundillo lleno de gente que se suele plagiar a sí misma, merece no solo mi respeto, sino mi admiración. Fijaos si no en este tema de El ultimátum de Bourne, añadiendo a los instrumentos más clásicos una fuerte percusión:


 
 

martes, 20 de marzo de 2012

RESEÑA: Picnic extraterrestre, de Arkadi y Borís Strugatski & Stalker, de Andréi Tarkovski

Vamos hoy con un clásico por partida doble, ya que lo es tanto literario como cinematográfico. Hagámoslo por partes. Primero novela, después película.

Allá por 1971 los hermanos Arkadi y Borís Strugatski, ciudadanos de una unión soviética en la que no todos podían decir precisamente lo que querían, se animaron lanzando una historia singular y contundente, original y extrañamente realista, que a la larga pasó a formar parte de los anales de la ciencia ficción, lo que tiene aún más mérito teniendo en cuenta que ésta no procedía del mercado anglosajón. El formato empleado es el novela corta, y el título Picnic junto al camino, o Picnic extraterrestre en la edición argentina que aquí reseño. Lástima que no haya encontrado ninguna buena edición actual en castellano, pues la novela la merece. La traducción que he leído es antigua y con muchos localismos, que aun con todo no me han impedido disfrutarla.



La historia transcurre alrededor, y claro está, dentro de una de las zonas de aterrizaje existentes en el planeta en las que hace unos años sucedieron unos acontecimientos portentosos. Unos extraterrestres aparecieron, estuvieron un breve periodo de tiempo, y con las mismas desaparecieron, no solo no aclarando a los miserables terrícolas nada sobre su estancia, sino además sembrando de incógnitas todo lo referente a ellos. En cualquier caso, con su presencia cambiaron de forma radical cada zona en que estuvieron (en este caso la canadiense), dejándola repleta de objetos de imprevisible comportamiento, de lugares dentro de la propia zona de aterrizaje en los que las leyes de la física quedan patas arriba, convirtiéndose en trampas mortales, y de alteraciones genéticas a todos aquellos que allí estaban y sobrevivieron o a los que frecuentan las cercanías. Por supuesto, sus accesos están vigiladísimos, pero debido al gran valor en el mercado negro de los objetos extraterrestres por la zona desperdigados, muchos se juegan la vida y la libertad por acceder al margen de la ley.

El protagonista principal, Red Schuhart, es uno de estos merodeadores o stalkers, un superviviente nato entrando a la zona de aterrizaje oficial o extraoficialmente para ganarse el pan para él y su familia disfuncional, interrumpidamente a lo largo de muchos años. Cabe destacar en él el hecho de oscilar siempre por un gris moral, muchas veces bastante oscuro, cuyo tono se contagia a todos los demás, y que no obstante logra obtener cierta empatía con el lector. Un tanto para los Strugatski.

La novela busca y encuentra un equilibrio entre descripciones y diálogos. Entre las primeras destacan las de los acontecimientos sucedidos en la zona, siempre sugestivos, emocionantes e interesantes. En lo que a los diálogos se refiere, son realistas y sonarían naturales dichos en voz alta, y es que si alguien está a punto de morir difícilmente exclamará “cáspita”, sino alguna otra cosa más malsonante. Además, la mayoría de personajes son gente dura y de pocos escrúpulos, aunque no por ello malvados.

jueves, 15 de marzo de 2012

miNatura 117: Licantropía (y más)

Durante las últimas semanas han ido apareciendo algunas revistas interesantes, como el número 11 de Imaginarios, revista digital editada por la Federación Española de Fantasía Épica para la Red de Universidades Lectora, bien variada y cargada de contenidos, o el número 9 de Los Zombis No Saben Leer (aka LZNSL), fresca y llena del espíritu pulp que la ha caracterizado siempre. Ambas publicaciones digitales son gratuitas y recomendables, si no no aparecerían por aquí.

Además, desde hoy podéis encontrar el siguiente número de la revista de lo breve y lo fantástico, que no me canso de recomendar: miNatura, con su especial Licantropía y otras transformaciones, en la que además colaboro, como viene siendo habitual, con un microrrelato titulado "Perseverancia", en la página 64. Podéis acceder al índice completo de autores y contenidos de la revista haciendo clic AQUÍ, así como descargarla gratuitamente en el siguiente enlace: DESCARGAR o sobre la portada de la revista, que muestra al más famoso licántropo de la historia:



Espero que disfrutéis de este número y que os guste mi microrrelato.

domingo, 11 de marzo de 2012

MICRORRELATO: Narración de género con capa y espada

Mis dedos nerviosos hacen tictac sobre la cadera mientras avanzo con gallardía. Dejo deslizarse la mirada y los descubro jugueteando con la empuñadura de la espada; no en vano ésta debe ser una historia de aventuras.

Continúo lleno de decisión hasta que me encuentro con alguien, envuelto en una capa al pié de un fresno.
— Usted debe ser mi coprotagonista —sugiero entre afirmando y cuestionando—, quizá mi gran amigo, mi maestro, o mi mortal antagonista, el creador del conflicto en cualquiera de los casos.
— ¿Por qué dice eso? Tal vez solo se halle ante un secundario.
— No, es imposible, ya llevamos casi la mitad de la narración, somos los únicos dos personajes y ya estamos demasiado adelantados como para introducir un tercero.

Me dirige una extraña mirada llena de contenido que se transforma en sonrisa sibilina mientras encadena palabras.
— No puedo hacer más que concederle la razón —susurra.
— Y ahora, sin duda, nos veremos abocados a provocar el desenlace.
— Podríamos postergarlo un poco más y disfrutar de estos instantes en su justa medida —insinúa enarcando una sola ceja.
— Me temo que no es posible, tan solo quedan dos párrafos, y uno de ellos es únicamente de cuatro líneas.

Tras asentir con la cabeza dándome la razón en la imbatibilidad del destino, empuña una daga a la velocidad de la centella. Su mano surge de la oscuridad de la capa y se lanza hacia mi pecho sin darme casi tiempo a retroceder. Tan solo es un rasguño. Manteniendo las distancias desenfundo mi acero y encaro a mi oponente, que pese a la desigualdad de armas no se rinde. Intenta volver a atacarme, pero con una sencilla estocada le atravieso el abdomen, matándolo instantáneamente. La daga cae de su mano y entonces es cuando distingo el brillo purpúreo de la cicuta en su filo. Miro mi pecho. La herida está impregnada del mismo veneno.

Me siento en la base del árbol y apoyo la espalda en su tronco esperando la muerte. Al final, la historia ha resultado ser una tragedia. Algún día, quizá, este estúpido narrador escriba sobre el amor y haga ganar al protagonista. Quizá.

miércoles, 7 de marzo de 2012

Casi 200

Pues ya son casi 200, las entradas que podéis encontrar en Cree lo que quieras. Contaré con las dos centenas con la siguiente, un microrrelato que me gusta mucho y que reservaba para algún concurso, pero ¿qué diablos?, la ocasión lo merece, espero que os guste también a vosotros.

Con la siguiente entrada contaré con 40 entre relatos y microrrelatos (que podéis leer haciendo clic en los banners de la derecha), un día de estos ordenaré todos los cuentos para que los encontréis más fácilmente.

También sigo haciendo eco de noticias y novedades, pero cada vez menos, limitándome sobre todo a las publicaciones de revistas o antologías en las que participo.

Las secciones relativamente nuevas de obras maestras del cine y de temas épicos de bandas sonoras funcionan bastante bien.

Por supuesto, sigo y seguiré haciendo especiales. No hace mucho cayó el de Stardust. Alguno más tengo en mente.

Pero, desde luego, lo que más os place, a juzgar por las estadísticas de la web, son las reseñas, que ya van para cincuenta. La siguiente será de un clásico de la ciencia ficción, Picnic Extraterrestre, de los hermanos Strugatsky, pero ya sabéis (y si no, os lo cuento), que algo muy característico de este espacio son las reseñas de sagas.

Ya ha pasado por aquí el ciclo de Términus Trántor de Isaac Asimov, quizá el más importante de la historia de la ciencia ficción. En lo que a fantasía se refiere, he reseñado la trilogía de La primera ley, de Joe Abercrombie. Por supuesto la maravillosa saga de Geralt de Rivia del talentoso Sapkowski. Hace nada ha pasado por aquí la estupenda tetralogía de Tramórea de Javier Negrete y está a medias la Crónica del asesino de reyes de Pat Rothfuss (ya que también está a medias escrita). Reseñaré en un futuro los próximos tomos de Canción de Hielo y Fuego, pero por ahora no me apetece revisitar los cuatro primeros.

Por supuesto, continuaré con antologías y novelas autoconclusivas, pero ahora os pregunto (encuesta mediante, a la derecha bajo los seguidores). ¿Qué saga os apetece que aparezca reseñada próximamente por aquí?
- Una actual: Nacidos de la bruma, de Brandon Sanderson.
- Un clásico moderno: Los cantos de Hyperion, de Dan Simmons.
- El clásico por definición: ESDLA, de Tolkien.
- El más clásico que los clásicos: Ilíada y Odisea, de Homero. No exactamente una saga, pero aquí empezó todo.


Varias serían relecturas, pero todas me apetecen. También admito sugerencias, para eso están los comentarios.

Y ya que hablo, debo daros las gracias por que sigáis pasándoos por aquí (caray, ya 70 seguidores y 28.700 visitas), y pediros disculpas si no lo actualizo tanto como me gustaría. Últimamente estoy escribiendo bastante y tengo menos tiempo, pero intentaré subir algo cada cuatro o cinco días.

jueves, 1 de marzo de 2012

RESEÑA: El corazón de Tramórea, de Javier Negrete

Pues con El corazón de Tramórea, cuarto y último tomo, y más de 2.300 páginas después de la primera, he puesto fin a la saga de Javier Negrete. ¿Y cuál es mi primera sensación? Sin lugar a dudas, la pena, pero no por haber ingerido un tocho infumable ni perdido el tiempo, nada más lejos de la realidad, pues no todas las lágrimas son de tristeza, que diría Gandalf, de igual manera que tampoco lo es toda la pena.



Mi impresión se debe, y estoy seguro de que los más ávidos devoradores de literatura sabéis de lo que hablo, a la pérdida de la primera lectura, a acabar una novela en la que a medida que te acercas al final, vas leyendo más despacio para no tener que cerrar las tapas del libro, porque no tienes ganas de salir de la historia ni de decir adiós a los personajes, o hasta luego, que para eso están las relecturas. Se puede deducir por tanto que me ha convencido esta cuarta entrega, que la he disfrutado con mayúsculas, y es así, pero ya no solo por la novela en sí, sino porque es una perfecta conclusión para el ciclo de Tramórea, que después del titubeante comienzo de la anterior parte, aunque muy bien corregido después, cabía cierta duda de si iba a estar a tan elevada altura. Pues así es. El corazón de Tramórea sigue idéntica dinámica de la segunda mitad de El sueño de los dioses, por lo que se convierte junto a El espíritu del mago en la cumbre de la saga.

Pero, recapitulemos, siguiendo la abertura de abanico que realiza Negrete. Con La espada de fuego, primera parte, se nos presenta el mundo y los personajes, con una historia de dimensiones relativamente pequeñas. Un grupo reducido viviendo aventuras épicas deudoras de la fantasía clásica. En la brillante segunda parte, se profundiza sobre lo anterior, llegando a la máxima dimensión humanamente posible. Batallas, guerras que sacuden civilizaciones. Parece que ya no podía ampliar el círculo, pero con la tercera, al salirnos de lo humano y entrar en lo divino, lo que sucede tiene un rango mundial, afectando a todo y a todos. ¿Se puede aumentar la apuesta? Rotundamente, sí.

LinkWithin

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...