Os dejo un párrafo del cuento que he mandado para la convocatoria que mencionaba hace un par de entradas en el blog. No lo cuelgo entero aquí hasta que no me digan que no lo cogen para esa antología (allá por el verano)...
El rey del bosque (extracto).
Aprendí a escuchar los cantos de los pájaros, a encontrar sus nidos y a robar sus huevos, a buscar las setas, frutos y raíces que podían comerse, a distinguir las huellas de un corzo de las de una cabra montesa, a seguir los rastros más frescos, a acercarme a mi presa con el viento de cara para que el olor no delatara mi posición, a deslizarme sin hacer ruido, a esconderme de tal manera que no me viera nadie ni aún buscándome, también a ser letal, a matar de un solo golpe, a ser hábil con el cuchillo al desollar un lobo de tal manera que no estropeara la piel para luego venderla lo mejor posible o cambiarla por más víveres. Aprendí a no enfrentarme a un oso o a una manada de lobos, y si no podía evitarlo, a qué tenía que hacer para tener más opciones de sobrevivir. De esta manera si el bosque hablaba yo lo escuchaba. Si tenía algo que mostrar yo lo veía. Mi olfato y las yemas de mis dedos curtidos también leían lo que el resto de mis sentidos no podían. Pronto me convertí en un cazador tan bueno como el mejor, solo que más joven, más fuerte y más rápido. También era más temerario de lo que debía, pero esto supuso una ventaja en aquella ocasión, pues si hubiera sido lo cauto que las circunstancias requerían al menos dos personas habrían muerto aquel día y quién sabe cuantas después. Afortunadamente hasta aquel día desconocía el miedo, pues era el rey del bosque.
En nuestra manzana, de R. A. Lafferty – Miniespecial R. A. Lafferty I
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En nuestra manzana (In Our Block), de R. A. Lafferty, apareció en el número
de julio de 1965 de la revista Worlds of If, editada por Frederik Pohl, y
en 19...
Hace 1 día
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