Cuando llegaron quedó manifiesto que la diferencia tecnológica era abismal, con lo que todos los líderes mundiales escucharon a filósofos, científicos y pensadores en su sugerencia de solucionar cualquier posible conflicto mediante la vía diplomática.
Pronto se supo lo que querían, y no era otra cosa que algunos de los recursos naturales del planeta. Comenzaron a extraerlos con el permiso de todo el mundo, aunque no lo necesitaran. Mientras se llevaban grafito, carbones, petróleos, gas natural y otros derivados del carbono se asentaron a sus anchas, y muy bien albergados. Tanto que cuando siguieron con el proceso que habían puesto en marcha y pasaron a recolectar las formas de vida basadas en el carbono, tampoco se pararon, aunque eso sí, se les pidió muy educadamente.
Universo de soledad, de Eugenia Triantafyllou
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Tras el de Rachael K. Jones, vamos allá con otro de los relatos que han
hecho triplete en esta temporada de premios, dado que también es finalista
de los t...
Hace 1 día
1 comentario:
¡Muy sutil el paso al "clic" del cuento! ¡Me ha gustado!
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