Me duele la espalda y estoy cansado. Estiro los brazos mientras bostezo y arqueo todo mi cuerpo. Un par de vértebras se quejan sonoramente de la dureza del respaldo de mi asiento. Miro el reloj, quedan sólo cinco minutos. Bueno, por cinco minutos no va a pasar nada. Voy recogiendo los papeles de encima del escritorio y guardando los ficheros del ordenador. Lo apago y me levanto. Hace frío, lo cual me recuerda que coja el abrigo, ya se me olvidaba. Salgo al pasillo con un nuevo bostezo y llamo al ascensor. Acaba de salir hacia abajo. Espero. No se si habrá preparado algo para cenar. La luz parpadeante sobre la puerta del ascensor llega hasta el sótano y comienza a subir de nuevo. Si no ha hecho nada, salimos a darnos una vuelta. A cenar por ahí, que hace tiempo que no lo hacemos entre semana. El ascensor llega y se abre la puerta. Paso y pulso el botón del sótano. El mecanismo comienza a funcionar.
La Carne somos Nosotros, IA!
-
Como en tantas cosas generadas desde arriba, la Carne somos Nosotros, los
de abajo.
Intento retomar el blog y sin darme cuenta dedico más tiempo a borrar ...
Hace 11 horas