Pero esta excepción, como digo, es justificada. Primero, porque creo que el público destino de esta novela es el mismo que el de muchas de las obras de ciencia ficción o fantasía urbana de las que suelo hablar. Y segundo, porque se basa en una premisa humanamente imposible que hace que los cimientos de la historia sean, en cierto modo, fantásticos, aunque tal detalle carece de importancia en el conjunto. Respecto a la premisa, no hablaré de ella por si se diera el improbable caso de que leyera estas palabras alguien que no hubiera leído el libro ni visto la extraordinaria adaptación al cine de David Fincher. Sí, me refiero a “eso”: un disparate científico pero un interesantísimo supuesto.
La historia parte de una situación extrema para lanzarnos hacia atrás y contemplar cómo hemos llegado a ella de la mano del protagonista absoluto y narrador (siempre en primera persona), cuyo nombre jamás llegaremos a conocer. No obstante, a él sí que le conoceremos bien, comenzando por su problema de insomnio extremo, que actuará como catalizador para conducirle a situaciones también extremas. La única manera de encontrar consuelo (y dormir) de nuestro hombre será absorbiendo el dolor de los asistentes a grupos de apoyo de todo tipo, hasta que no pueda seguir haciéndolo a sus anchas por encontrar en ellos a otra alma torturada como la suya, la de la desgraciada Marla Singer. Entonces su situación empeorará más aún, encontrándose en su caótica vida con Tyler Durden, sociópata antisistema cercano al anarquismo, violento de obra y pensamiento, que se convertirá en inseparable compañero de viaje e irá impregnando con sus ideas radicales al protagonista, primero con el Club de Lucha que titula al libro, gloriosa celebración de la violencia puesta al servicio de anónimos cotidianos, y después con el aún más radical, multitudinario y misterioso Proyecto Mayhem (Proyecto Caos), que conducirá al narrador más allá de los límites de la locura. Casi desde su aparición Tyler se convertirá en el centro fáctico de la historia, siendo el objeto de las miradas en su presencia y de las preguntas en su ausencia.
El estilo de Palahniuk para embarcarnos en este viaje prescindirá de virtuosismos, siendo directo, crudo y sucio, abusando deliberadamente de frases cortas y lapidarias como latigazos, carente de vergüenza a la hora de plantear situaciones desagradables y describiéndolas explícitamente. Pero también existirá cierta tendencia a la digresión, a realizar giros cerrados para tratar cuestiones adyacentes, simulando el pensamiento mismo del narrador, en cuya piel se meterá el lector, desenrollando la trama a la vez que él. El autor dota acertadamente de su particular e inconfundible impronta a la novela, resultando un conjunto muy logrado y atractivo.
Por otro lado, resulta inevitable hablar de esta novela sin mencionar la deslumbrante adaptación cinematográfica de David Fincher en el año 2004, considerablemente fiel al libro y con Edward Norton y Brad Pitt bordando los papeles de narrador y de Tyler Durden. Imprescindible. Aquí, un discursito muy propio de Tyler:
Por último, una cita:
“Se puede ser secundario en una pieza, como se puede ser secundario en toda una vida, pero solo a través del propio esfuerzo puede lograrse que ese papel de mierda con que nos han marcado vaya a más, o se vuelva intenso y perfecto sin salir de sí mismo.”
2 comentarios:
Personalmente, también considero que Palahniuk tiene cabida en las reseñas del blog. Puede que no sea un autor para todos los gustos, de hecho cuando lo he recomendado en el pasado he salido algo escaldado, pero es de mis autores favoritos. No sólo por cómo escribe (me encantan esas digresiones, esos monólogos, esas casi roturas de cuarto muro o algo muy parecido, etc.), lo es por sus temas, historias, y premisas. Tienen algo que me hace recordar historias fantásticas o realmente CiFi (por poco que sea, vaya). Y El club de la lucha es, posiblemente, la que más impactó en su momento. Reconozco que habría pagado dinero por leer el libro antes de ver la peli, pero vaya, supongo que si no hubiese existido esa peli, no habría tenido la posibilidad de leer Nana, Asfixia, Rant, etc. No me quejo.
¡Buena reseña! Hay imágenes, frases enteras, personajes o formas de decir las cosas que son muy de Palahniuk. Así que, vuelvo a decir: pese a que no creo que sea para todo el mundo, en mi caso es un autor con el que me es muy fácil disfrutar mucho.
Muchas gracias por la visita y el comentario, Theo.
Intentaré reseñar de vez en cuando alguna de mis lecturas "menos esperables" para CLQQ. Y si es con vuestro ánimo, mejor que mejor.
En efecto, también creo que la peli abrió a Palahniuk al gran público. Por lo tanto ¡bienvenida sea!
Saludos.
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